Desde este 7 de septiembre de este año, el Salvador se convirtió en el primer país en adoptar el bitcoin como divisa de curso legal, en un movimiento que ha hecho que la nación y muchos otros países debatan las oportunidades y los peligros de las criptomonedas y con mucho sentido, dado que puede ser un arma de doble filo.
Para lanzar el uso de el bitcoin, El Salvador ha desarrollado su propia billetera electrónica y ha anunciado la adquisición de 200 bitcoins adicionales. Un total de 400 bitcoins que se utilizarán para darle a cada ciudadano un bono equivalente a 30 dólares en la criptomoneda a través de Chivo, la aplicación oficial del Gobierno salvadoreño.
El presidente Nayib Bukele, un seguidor muy versado en temas de tecnología, ha promovido la adopción de la moneda digital y la presenta como una forma para que más salvadoreños se integren a la economía formal: se estima que el 70 por ciento de las personas en el país no tienen cuentas bancarias. El presidente sostiene que el uso de criptomonedas haría que la recepción de remesas del exterior fuera más rápida y barata, y podría liberar a la nación endeudada del control del sistema financiero global tradicional.
Hay que destacar que muchos ven la medida con confusión y desconfianza, temerosos de que la volatilidad inherente al uso de tokens virtuales sin respaldo físico, que pueden aumentar y colapsar de valor, podría ser peligrosa para la economía y para sus propios ahorros.
El desarrollo del bitcóin y miles de otras criptomonedas en poco más de una década ha cambiado la definición del dinero y está transformando los servicios financieros, por lo que funcionarios de todo el mundo luchan por ponerse al día, quien sabe como evolucionara esta practica pero será cuestión de tiempo ver como se desarrolla esto.